Batería de ion-Litio
- Walter Torres
- 26 abr 2018
- 2 Min. de lectura
La primera batería de ion litio fue comercializada por SONY en 1991. Desde entonces, esta tecnología ha modificado la vida de la sociedad debido a los avances tecnológicos en lo que respecta a la portabilidad. Sin embargo, la historia se remonta 10 años antes en la que las celdas de Li/MoS2 desarrolladas por Moli Energy se sacaron del mercado debido a explosiones de las baterías causadas por el crecimiento descontrolado de dendritas de litio durante el ciclado de la misma.

El funcionamiento de las baterías de ion litio se debe al movimiento de los iones litio desde y hacia el electrodo negativo y positivo. Durante el cargado, los iones litio difunden desde el electrodo positivo por el electrolito y se intercalan en el electrodo negativo. Cuando la batería se descarga, el movimiento de los iones es en sentido opuesto. El electrodo positivo se basa en compuestos de litio tales como fosfatos de hierro y litio (LiFePO4) y óxido de manganeso y litio. El electrodo negativo ampliamente usado en esta tecnología es el grafito. Estos electrodos tienen suficiente capacidad específica (200 mA·h/g) y elevados potenciales. Estas baterías han madurado durante el último cuarto de siglo aumentando su densidad de energía de 110 Wh/kg a 200 Wh/kg, tal crecimiento es único en la historia de la batería. El progreso ha sido gradual, involucrando diferentes períodos de avances científicos y tecnológicos, principalmente impulsados por las demandas de la sociedad y las tendencias sociales en evolución (sostenibilidad).
Las baterías de ion litio jugarían un rol importante en el desarrollo de una parte de la flota de futuros vehículos eléctricos. En el presente, forman parte de dispositivos electrónicos pequeños y se cree que puedan llegar a usarse en sistemas de almacenamiento de energías renovables.
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